El Muro




Un muro y banderas grafitis que se impregnan en sus paredes. Aquellas que salen desde el fondo del corazón, que intentan expresar algo. Esas que El Indio quiere ver "ondeando luzca el sol o no". Sin embargo, el paredón que vemos en la foto es antónimo de libertad. Nos marca un límite: "Hasta acá llegaste". Y me pregunto ¿cuántas veces tenemos una pared en nuestra vida que no nos permite avanzar al siguiente nivel? La respuesta: muchas. Si, los muros no nos dejan proseguir en el camino de la vida.
Por ejemplo, en este caso, no puedo ver el Hogar de Ancianos San Martín si no me trepo por encima de él. Ahi está el trabajo, seguramente, y consiste en escalarlo, recorriendo todas sus partes hasta llegar a la cima. O bien, nos podemos revolucionar y derribarlo. Creo que este último punto es el sinónimo mas exacto de rebeldía: Revolución.
¿Te revolucionaste alguna vez?
¿Qué muros te impiden seguir?

5 comentarios:

Juan dijo...

Muros, fronteras, da igual, hay que derribar y revelarse todo lo que haga falta!!!

Anónimo dijo...

valla: te agradezo la fuerzas parta la profe...las necesitamos!!! un abrazo!!"

valeria dijo...

Como Pinky al final de la película The Wall...al muro había que derribarlo.
Infinitas formas pueden adoptar, muros emocionales, muros que nos son impuestos, muros que nos imponemos por miedo, por refugio, porque no nos sentimos cómodos con lo que nos rodea...o simplemente porque queremos alejarnos y enajenarnos de todo. Pero si completamos ladrillo a ladrillo nuestro muro, jamas podremos volver a ver el sol...y pese a todo lo malo que pueda existir, siempre existen cosas que nos permiten derribarlos.


(Perdón, me colgué leyéndote y me dieron ganas de seguir comentando...)

valeria dijo...

Como Pinky al final de la película The Wall...al muro había que derribarlo.
Infinitas formas pueden adoptar, muros emocionales, muros que nos son impuestos, muros que nos imponemos por miedo, por refugio, porque no nos sentimos cómodos con lo que nos rodea...o simplemente porque queremos alejarnos y enajenarnos de todo. Pero si completamos ladrillo a ladrillo nuestro muro, jamas podremos volver a ver el sol...y pese a todo lo malo que pueda existir, siempre existen cosas que nos permiten derribarlos.


(Perdón, me colgué leyéndote y me dieron ganas de seguir comentando...)

Laucha dijo...

No existe cárcel para mi espíritu... No hay muros que te impidan seguir, siempre y cuándo vos quieras seguir de verdad, desde lo más profundo de tu ser. Nada es imposible, si te tenés fe a vos mismo.