Vacío y Experiencia

Cuando buscó el amor, no lo encontró. Su alma, desesperada por los rincones de la soledad, rastrillaba el consuelo más dulce y más eficaz para su corazón hecho añicos. Pensaba detenidamente si la fortuna de ser amado algún día llegaría. Mientras tanto, su ser interior pretendía hallar la alineación con su planeta. Esto le permitiría, tal vez, emplear la ley de atracción de la cual tanto profesaba. La misma nos dice que cuando logramos estar bien con nostros mismos, las cosas buenas vienen solas, ya que nuestra energía atrae todo lo positivo. Igualmente, pensaba una y otra vez fugarse al paraíso de los consuelos tontos, esos que le permiten a uno irse un poco del planeta, aunque sabía bien que los problemas seguirían una vez que aterrizara en la realidad. Además, el exilio a esos infiernos eran una escapatoria cobarde para aquel que no sabe enfrentarse con el día a día. Sin embargo, tomó el valor de llegar a ser lo que fue alguna vez. Es más, pretendió ser el mismo de antes y aún así seguir progresando. Anteriormente, su campo energético había sido absorvido por un parásito que se alimentaba de otras vibras para seguir vivo. Pese a esto, comenzó por borrar el pasado y armar de nuevo su vida. Comprendió que todo lo ocurrido, fue solo una simple experiencia que le daba la vida con el fin de que aprendiera a ser una persona honrada por la enseñanza que le otorgaba el camino, algo que antes no sabía contemplar.
 
¿Cuántos serán los que no saben contemplar ese bendito regalo que nos dan las horas de nuestras vidas? Tal vez muchos, tal vez pocos. No lo sé.
Decidió cobrar la valentía y amigarse con la fortaleza para enfrentar lo que vendría de ahora en más. Guardó sus cosas en un gran equipaje y se deshizo de algunos recuerdos. Encendió un cigarrilo, mientras de fondo escuchaba a los Creedence. Al finalizar su última pitada, se largó hacia su nuevo rumbo. ¿Algo nuevo por aprender? Siempre. Pero después de todo, quién le quita lo bailado a este ser...

La vida es un libro abierto todos los días. Nosotros escribimos páginas tras páginas, así como también le otorgamos la pluma a aquellos que nos rodean para que dejen desplegado algún testimonio y/o enseñanza. A veces, hay cosas muy buenas, otras no tanto. Sin embargo, todo es tan simple como aquella frase de Baglieto: "Sólo se trata de vivir, esa es la historia".