La visión de un obrero

Por las mañanas, el obrero va camino a su rutina de todos los días. Observa cómo se destruye el hábitat que lo envuelve.
A veces piensa en cómo zafar. En otras ocasiones se siente arrollado por la ola social. 
Ingresa a su cápsula por unas 10 horas y al salir encuentra el ruido infernal de la ciudad, la ambición de los piolas callejeros, la contaminación ambiental y el colectivo de los ganados. 
Tal vez nunca sea libre porque tiene que generar dinero para subsistir. No tiene otros medios. Tampoco encuentra otra solución al pesar de sus días. Agacha la cabeza y continúa su trayecto a casa.